Radiografía del empleo en Aragón: cómo nos ha afectado la crisis

El coronavirus ha logrado debilitar, y mucho, la fuerza productiva de Aragón. Las medidas que se han implantado para aplacar la crisis sanitaria han provocado otra crisis que, en este caso, afecta al empleo de los aragoneses. Las restricciones del estado de alarma han obligado a cerrar total o parcialmente amplios sectores industriales y de servicios, lo que ha dejado en sus casas temporal o definitivamente a casi la mitad de los trabajadores de la Comunidad.

Los últimos datos, correspondientes al mes de abril, reflejaban que casi 80.000 personas estaban sin empleo en Aragón. La curva del paro empezó a crecer en marzo y se espera que no se detenga en los próximos meses. Hasta la semana pasada también ha habido casi 115.000 trabajadores afectados por alguno de los 15.316 Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que se han tramitado desde el 16 de marzo al 11 de mayo. Según los sindicatos, en la inmensa mayoría de los casos afectan a toda la jornada de los trabajadores. Además, hay más de 22.000 autónomos que han pedido la prestación por cese de actividad y unas 20.000 empleadas del hogar que han solicitado el subsidio extraordinario, según los cálculos de CC.OO.

El mercado laboral aragonés lo forman unas 550.000 personas, por lo que las cuentas aproximadas (los datos evolucionan y no todos tienen la misma fecha) hablan de que entre el 40% y el 50% de los trabajadores de la Comunidad han estado sin trabajar en los días más duros del estado de alarma. Durante la semana pasada ha aumentado el número de empleados en activo, ya que la automoción echó poco a poco a andar (Opel empezó el pasado lunes solo con un turno y un modelo) y la hostelería y el comercio también han reabierto, aunque sea de modo parcial y con muchas restricciones.

El paro se situó en abril en 79.214 personas. Son 6.733 más que un mes antes y casi un 20% más que hace justo un año. El aumento del desempleo es el mayor que se ha registrado desde octubre de 2008, cuando coincidieron la crisis económica de aquel año y el final de la Expo. Sin embargo, los ERTE que ha habilitado el gobierno han logrado amortiguar el impacto de la crisis en el empleo. La gran incógnita ahora es saber cómo se van a resolver estos expedientes. Es decir, cuántos de esos 115.000 empleados volverán a sus trabajos y cuántos pasarán a engordar las cifras del paro.

Los sindicatos y la patronal coinciden en que la clave estará en el consumo. «Si la salida de la crisis permitiera una recuperación progresiva de la actividad y se va consumiendo, se activará la rueda y podríamos llegar a medio plazo al nivel que teníamos», apunta Manuel Pina, secretario general de CC.OO. Aragón. Sin embargo, «si hay miedo a consumir se generará una crisis más profunda y se reducirá el empleo», añade.

Daniel Alastuey, secretario general de UGT, considera que hay «sectores más amenazados que otros». «La industria se irá incorporando, pero hay otros afectados no solo por el mercado, sino por la propia lucha contra la pandemia, como la hostelería, el comercio, sectores culturales o recreativos…», añade. Alastuey pide «protección para los que no pueden trabajar» y «un estímulo» para los sectores que sí pueden abrir, pero que no pueden hacerlo a pleno rendimiento porque la demanda no es la deseable.

Ricardo Mur, presidente de CEOE Aragón, cree que los ERTE se deben prorrogar con condiciones flexibles «porque la actividad de una empresa no se recupera por decreto de un día para otro aunque acabe el estado de alarma», mientras que Aurelio López de Hita (presidente de Cepyme Aragón) considera que hay que aplicar a las empresas «medidas de tipo económico» como aplazamientos de impuestos y créditos ICO, además de «campañas para fomentar el consumo de productos locales»

Fuente: www.heraldo.es

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