Trabajar sólo un día a la semana tiene los mismos beneficios que trabajar 5 días, según un nuevo estudio
Cada vez más empresas se suman al carro de las jornadas laborales de 4 días, ya que se ha demostrado en diferentes ocasiones que la reducción de la jornada no repercute en el rendimiento laboral de los empleados.
La última empresa en hacerlo fue la británica Wellcome Trust, y anteriormente, la empresa neozelandesa Perpetual Guardian. Ambas empresas implantaron la jornada reducida de forma experimental y se han decidido a mantenerla tras comprobar de primera mano que la productividad no se veía afectada, sino más bien lo contrario, según contaban desde Perpetual Guardian a The Guardian a principios de año.
En definitiva, todo parece indicar que estamos ante una medida que aunque experimental, se podría implementar a gran escala en el futuro, no sólo en palabras de las propias empresas, sino también de los economistas. La productividad nunca estuvo reñida con trabajar menos horas al día; bien lo saben quienes trabajan voluntariamente menos horas a principios de semana, aunque tengan que recuperarlas durante el fin de semana.
Si bien la reducción de la jornada laboral no repercute en la productividad del empleado, ¿qué ocurre con los beneficios que el trabajo ofrece en materia de salud mental? ¿Se ven afectados al trabajar menos días a la semana?
Esto es lo que se preguntó un grupo de investigadores de la Universidad de Cambridge, según una información de The Guardian de principios de semana.
Los investigadores, liderados por Brendan Burchell, confirmaron lo que ya sabíamos: nuestra salud mental mejora cuando dejamos de estar desempleados. No obstante, su trabajo profundizó en la cantidad de horas de trabajo necesarias para experimentar esta mejora en la salud mental, concluyendo que esta se obtiene con un único día de trabajo, y que trabajar una jornada completa de 40 horas no otorga beneficios adicionales.
Para llegar a esta conclusión, los científicos tomaron como base las respuestas a una encuesta anual realizada en Reino Unido desde el año 2009, en la que participan más de 71.000 personas de edades comprendidas entre los 16 y los 64 años, En el cuestionario, los encuestados tienen que calificar su salud mental, su grado de satisfacción general, y sus condiciones laborales actuales.
Teniendo en cuenta también factores como los ingresos mensuales, la edad, el estado de salud general y la paternidad de los encuestados, se obtuvo una conclusión clara (aunque no novedosa):incorporarse al trabajo tras un largo periodo de desempleo mejora con mucho la salud mental. Dichos beneficios, además, se observaron también en hombres y mujeres que no se encontraban en activo por motivos de discapacidad, baja de maternidad o paternidad, jubilación o por tener personas dependientes a su cargo.
Lo que sí resulta más sorprendente es que la mejora de la salud mental asociada a la vida laboral es independiente del número de días que se trabajen a la semana. Según el mismo estudio, los beneficios que se obtienen de trabajar 40 horas a la semana se obtienen también al trabajar un sólo día a la semana.
Eso sí, el estudio tiene sus limitaciones: no prueba en sí mismo que el trabajo mejore la salud mental, sino que simplemente están conectados. Por otro lado, no contempla las actividades que los encuestados realizan a título personal. En palabras del co-autor del estudio a The Guardian, «es mucho mejor reducir la jornada laboral para todos, que experimentar un aumento del desempleo».
No obstante y a pesar de las limitaciones de la investigación, cuesta imaginar que la reducción de la jornada laboral, en un mundo dominado por la ansiedad, no reporte beneficios a nuestra salud mental. Un estudio llevado a cabo en Suecia hace unos años, demostraba ya que los empleados con jornadas de 30 horas a la semana se mostraban más felices, menos estresados y disfrutaban más del trabajo.
Fuente: www.businessinsider.es