Los problemas en el acceso a la universidad: desigualdad entre autonomías e inflación de calificaciones

Hay consenso en que la prueba, que va a cumplir 50 años, tiene fallos y necesitaría ser mejorada

 

Profesores y familias coinciden en que el sistema actual para acceder a la universidad, que está a punto de cumplir 50 años, es mejorable y necesita cambios. Hay diferencias territoriales, inflación de notas y unas pruebas cada vez más «rutinarias y predecibles». Los alumnos se pasan un curso entrenando para el examen y no está claro que aprendan más allá de lo que entra oficialmente:

1. Diferencias territoriales

Con el distrito único, la nota que un alumno saca en su ciudad le sirve para estudiar en la universidad de cualquier lugar de España. Varias CCAA se quejan de que en los grados con pocas plazas y alta demanda, como Medicina, les llegan estudiantes de regiones donde el examen o el Bachillerato es más fácil y desplazan a los suyos. El 43% de los alumnos de Medicina de Castilla y León son de fuera. «Tenemos un problema serio de equidad o igualdad de oportunidades en la prueba. El excesivo peso de la nota de Bachillerato, mucho peso de las materias comunes, criterios de corrección laxos y la nula uniformidad entre CCAA hace que, entre tribunales, centros educativos o CCAA, una misma prueba tenga un resultado distinto. Y eso hace que una competición meritocrática abierta tenga reglas desiguales», dice Lucas Gortázar, responsable de Educación del think tank EsadeEcPol.

2. Notas infladas

Para acceder a una carrera, la nota de Bachillerato cuenta un 60% y la nota de Selectividad, un 40%. Ismael Sanz, profesor de Economía de la Universidad Rey Juan Carlos, indica que ambas calificaciones «han aumentado de forma espectacular» en los últimos años y hay «inflación». «En 20/21 los porcentajes de aprobados sobre matriculados y sobre presentados se sitúan en el máximo histórico, un 86% y un 91%, tres puntos porcentuales más que hace seis años», apunta. Además, la nota media de Bachillerato ha crecido un 9% en ese tiempo y la nota de acceso al grado se ha incrementado medio punto hasta el 7,6. En regiones como Navarra se ha duplicado el porcentaje de sobresalientes. Con las mayores facilidades que se dieron desde la pandemia, los sobresalientes se han disparado un 85%. «El problema es si los estudiantes internalizan la menor exigencia y no se preparan tan bien las pruebas como antes. Entonces, aquellos a los que les vale con aprobar podrían llegar menos preparados a los grados y tener más abandono universitario. Y las universidades tendrían que proporcionar más cursos cero antes de empezar la carrera», advierte.

3. Entrenar para aprobar

Según Antonio Cabrales, catedrático de Economía de la Universidad Carlos III, la prueba «es muy rutinaria y predecible». «El alumno se puede aprender un par de problemas tipo en Matemáticas y hacerlo perfecto. Y con los temas de Historia también es muy fácil saber cómo contestar. No desafía nada y no incentiva a los docentes a encontrar temas muy exigentes y originales», asegura, y recuerda que en Reino Unido o en Francia los alumnos razonan más. Gortázar ve que esto pasa especialmente en Ciencias, lo que implica que «los alumnos, más allá de memorizar, no aprendan ni desarrollen capacidades más profundas».

Begoña Ladrón de Guevara, presidenta de la Confederación de Padres de Alumnos (Cofapa), explica que 2º de Bachillerato es «un curso orientado exclusivamente a hacer la prueba», lo que lleva a hacer lo que se conoce como teaching for the test o entrenar a los estudiantes para que pasen el examen. La queja generalizada es que sólo se aprende lo que entra oficialmente en el temario.

4. ¿Preparan para la universidad?

Cada vez hay más profesores universitarios que dicen que los alumnos llegan con lagunas. ¿Preparan bien estas pruebas para la universidad? José Carlos Gómez Villamandos, consejero andaluz de Universidades, ex presidente de la Conferencia de Rectores y ex rector de la Universidad de Córdoba, responde: «Hay diferencias significativas entre titulaciones. En las que hay una gran demanda los alumnos suelen tener una adecuada formación. En los casos en los que han hecho un Bachillerato de una rama diferente al grado, se observa déficit de formación, especialmente en el ámbito de las ingenierías».

 

 

 

Fuente: https://www.elmundo.es/espana/2022/10/21/63516594fdddff3d428b458c.html

 

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