La tasa de repetidores se desplomó tras las medidas de evaluación del confinamiento

Solo un 4% de los alumnos matriculados en la ESO y bachillerato durante el año 2019-2020 no consiguieron pasar de curso académico. La relajación de los criterios de evaluación a consecuencia del confinamiento tuvo como resultado esta cifra ínfima, que nada tiene que ver con el 10% o 13% de repetidores que se registran tradicionalmente en estas etapas educativas. A pesar de que más alumnos de los habituales pasaron de curso, los directores de colegios e institutos aseguran que apenas ha tenido repercusión en la adquisición de conocimientos posterior. No obstante, los expertos alertan de un incremento de los problemas emocionales.

En la primavera de 2020, los gobiernos central y autonómico se afanaron en repetir que no se produciría un ‘aprobado general’, pero la realidad finalmente fue otra, según los datos publicados por el Ministerio de Educación y FP que evidencian un descenso acusado de los repetidores en todos los cursos. El 4,8% de los alumnos de 1º de primaria no lograron promocionar en el curso 2018-2019; un porcentaje similar al registrado en los años anteriores. Sin embargo, en el curso de la pandemia esta cifra se redujo hasta el 1%. Esta tónica se repitió durante toda la etapa, llegando en 3º de primaria a apenas registrarse repetidores: solo un 0,3% de los matriculados. Y en 4º y 5º se situó en el 0,4%, muy alejados del 2,5% y 2,8% que hubo solo 12 meses atrás. Pese a ello, los equipos directivos no han apreciado «cambios significativos en el aprendizaje». «En los resultados académicos posteriores ha predominado la normalidad», recalca Ricardo Civera, presidente de la Asociación de Equipos Directivos de Infantil y Primaria de Aragón (Aedipa)

En este sentido, incide, «las clases telemáticas del confinamiento paliaron la pérdida de la presencialidad» y, además, al regresar al aula se analizó «la situación personal y educativa de los alumnos afectados por el confinamiento para tomar las decisiones curriculares necesarias». Se pusieron en marcha programas de refuerzo y con ellos, asegura, se ha conseguido que «la pandemia no haya tenido efectos negativos en primaria».

Mayor caída en la ESO

La relajación de las medidas también favoreció a los matriculados en la ESO. Apenas el 4% de los alumnos de 1º no consiguieron pasar de curso frente al 10% u 11% de años anteriores. En los cursos obligatorios posteriores la diferencia fue todavía mayor, puesto que en los algunos años previos se había llegado incluso al 15% de repetidores. Esta flexibilidad en la titulación también afectó al volumen de estudiantes que pasaron de curso con todo aprobado, que aumentó del 68,1% al 77,3%. Esta dinámica se repitió en los cursos posteriores.

Puede que haya algún caso de pérdida de aprendizaje por la pandemia, pero es un porcentaje muy pequeño. En los años posteriores, en general, los alumnos han conseguido titular a pesar de todo», asegura Pilar García, presidenta de la Asociación de Directores y Directoras de Institutos de Educación Secundaria de Aragón (Adiaragón). No obstante, reconoce que todavía es pronto para hacer una valoración más específica y adelanta que donde sí que se ha percibido un incremento de las necesidades es en el ámbito emocional: «Desde la asociación llevamos mucho tiempo pidiendo a la Administración que dote mejor a todos los departamentos de Orientación porque no dan a basto».

Efecto emocional

El presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía, Juan Antonio Planas, coincide en la cada vez mayor necesidad de personal orientador y de apoyo. «Los que tenían dificultades no solo no las han solucionado sino que se han aumentado», puntualiza, al tiempo que señala que se ha percibido un incremento de problemas de tipo emocional como depresión, estrés, tristeza o ansiedad. «Y esto tiene un reflejo en el rendimiento escolar», recalca. Por todo ello, considera indispensable la prevención «antes de que llegue el fracaso escolar».

Con la relajación de los criterios de evaluación por la pandemia, estos indicadores han mejorado. También lo harán -recuerda- con la entrada en vigor de la nueva ley educativa, «ya que permite promocionar e incluso titular con tres o cuatro suspensos». «Mejoraremos en los indicadores europeos, donde España aparece como uno de los países con mayor tasa de repetidores», subraya Planas, quien reconoce que hay puestos de trabajo para los que no es necesario «aprobar asignaturas», sino tener unos conocimientos.

Todo ello tuvo su reflejo en el bachillerato, que registró la cifra de repetidores más baja de su historia: un 3,6% en 1º y un 3,8% en 2º. La tendencia en los últimos años había sido descendiente, desde que en el curso 2013-2014 el 21% de los alumnos que acaban esta etapa educativa se quedaron sin conseguir promocionar. Sin embargo, la bajada era de una uno o dos puntos porcentuales al año. En el último fue de casi 10.

«Puede que haya algún caso de pérdida de aprendizaje por la pandemia, pero es un porcentaje muy pequeño. En los años posteriores, en general, los alumnos han conseguido titular a pesar de todo», asegura Pilar García, presidenta de la Asociación de Directores y Directoras de Institutos de Educación Secundaria de Aragón (Adiaragón). No obstante, reconoce que todavía es pronto para hacer una valoración más específica y adelanta que donde sí que se ha percibido un incremento de las necesidades es en el ámbito emocional: «Desde la asociación llevamos mucho tiempo pidiendo a la Administración que dote mejor a todos los departamentos de Orientación porque no dan a basto».

Efecto emocional

El presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía, Juan Antonio Planas, coincide en la cada vez mayor necesidad de personal orientador y de apoyo. «Los que tenían dificultades no solo no las han solucionado sino que se han aumentado», puntualiza, al tiempo que señala que se ha percibido un incremento de problemas de tipo emocional como depresión, estrés, tristeza o ansiedad. «Y esto tiene un reflejo en el rendimiento escolar», recalca. Por todo ello, considera indispensable la prevención «antes de que llegue el fracaso escolar».

Con la relajación de los criterios de evaluación por la pandemia, estos indicadores han mejorado. También lo harán -recuerda- con la entrada en vigor de la nueva ley educativa, «ya que permite promocionar e incluso titular con tres o cuatro suspensos». «Mejoraremos en los indicadores europeos, donde España aparece como uno de los países con mayor tasa de repetidores», subraya Planas, quien reconoce que hay puestos de trabajo para los que no es necesario «aprobar asignaturas», sino tener unos conocimientos.

El problema, detalla, es que se han tomado decisiones desde el punto de vista administrativo, pero no educativo. «Nos estamos autoengañando. Se necesita una mayor inversión en educación, que sigue por debajo de la media de Europa, porque con la situación actual los alumnos brillantes no sacan todo su potencial y los que tienen menor capacidad tampoco la desarrollan al completo», recalca.

Fuente: www.heraldo.es

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