La conciliación se complica este curso a la espera de las extraescolares
Los cambios impuestos en los colegios para el control de contagios de covid han complicado este curso la conciliación de las familias. El servicio de madrugadores se retrasa, para cumplir con las medidas de prevención, la jornada continua se generaliza y están en el aire las extraescolares, que suelen comenzar en octubre. «Las familias que han vuelto están todavía expectantes a ver si se van a permitir en los colegios las actividades extraescolares. No tenemos la certeza de que vayan a autorizarlas», reconoce Ángel Gracia, presidente de la Asociación de Academias Privadas, CECAP Aragón. La organización ha pedido una reunión con la consejería de Educación para buscar nuevas fórmulas para volver a la actividad porque«hay muchas empresas en peligro», advierten.
Gracia explica que quieren estudiar «cómo ir a las actividades extraescolares y no mezclar a niños de varias clases», uno de los problemas para su autorización, ya que romperían los grupos estables de convivencia que se han formado en las aulas. El objetivo de la reunión, para la que todavía no tienen fecha es «sentarnos y ver si tiene solución». Las empresas se ofrecen a «colaborar al máximo», afirma. «Son actividades en los propios colegios. Los padres prefieren llevar a sus hijos por conciliación familiar ya que salen del colegio y se quedan en las extraescolares», asegura.
Desde las asociaciones de padres y madres ven todavía dificultades para que se puedan organizar en los colegios «por las medidas que hay que respetar y que son necesarias», señalan desde Fapar. En todo caso piden «que se valore en cada centro». CECAP Aragón está formada por 70 academias que imparten desde idiomas a deporte en la comunidad, unas 50 de Zaragoza. Suman unos 700 trabajadores de media (unos 500 en la capital aragonesa), calcula, en un sector con empleo mayoritariamente temporal. En épocas de mayor actividad pueden llegar al millar.
En ERTE desde marzo
«Estamos en un momento en el que tenemos que estar empujando en la misma línea. Hay muchas empresas en peligro también de nuestro sector«, afirma. Así, hay centros de formación «muy preocupados», pendientes de si se prorrogan los ERTE porque tienen a toda la plantilla o parte desde que en marzo se decretara el confinamiento de la población con el cierre de los colegios. «Otro año más sin actividad no se puede resistir», asegura. El sector es muy heterogéneo, con centros dedicados a la formación para el empleo, las actividades extraescolares, la enseñanza de idiomas y repasos universitarios, entre otras.
Añade que «es un sector que mueve mucho empleo joven, que es un colectivo en el que ha subido el desempleo», señala en cuanto a la crisis económica que ha traído la pandemia de coronavirus. A esos trabajos temporales suelen acceder estudiantes que los compatibilizan con su formación.
«Los padres de Secundaria nos preguntan por las troncales, preocupados por si los hijos no puedan seguir los estudios con la misma calidad», explica Gracia. A partir de ESO, las clases presenciales se combinan con la enseñanza ‘online’. «Las empresas de formación estamos preparadas para el momento en que podamos volver a los colegios». Asegura que con el virus «nos vamos dando todos cuenta de que tenemos que aprender a convivir». A la vuelta, se mantendrán las facilidades que se dieron en marzo a las familias como la devolución del dinero por el tiempo sin clases, ante los previsibles periodos de cuarentena por los que habrá que pasar ahora. También se plantean que los pagos sean mensuales.
De momento, «la mayoría de los centros estamos impartiendo formación virtual o teleformación», que ya hicieron durante el confinamiento. Fuera de los colegios, las academias han comenzado a dar clases de idiomas para niños y de formación para el empleo. «Habrá alumnos en presencial y virtual», explica sobre estos últimos. «Somos un sector que intentamos adaptarnos rápidamente a las circunstancias», asegura.
En formación para el empleo, tanto para desempleados como trabajadores, Gracia reconoce que «hay materias muy prácticas que es casi imposible impartirlas de forma virtual» y pone como ejemplo la formación en profesiones como la albañilería. A ello se une que baja la demanda en sectores perjudicados por las restricciones de la crisis sanitaria como la hostelería, que «no está pensando en formación», reconoce.
En septiembre, entre sus clientes, las empresas más grandes que han vuelto al trabajo están otra vez demandando formación, afirma Gracia. «Están extendiendo la digitalización a otras áreas de la empresa». Los cursos han comenzado en los centros con el uso obligatorio de mascarilla, hidrogeles, desinfección y distancia de seguridad.
En la formación para el empleo, las empresas del sector están pendientes de que salgan los fondos de 2020 para cursos de desempleados y trabajadores, ya que todavía se estarían gastando las partidas de 2019. Los centros privados homologados para dar estos cursos subvencionados tienen la vista puesta en la conferencia sectorial de políticas activas de empleo que debería celebrarse este mes. «Hay incertidumbre total», confiesa, debido a las necesidades de fondos que ha traído la crisis sanitaria para otras muchas cuestiones. Defiende la necesidad de «reciclaje» de los trabajadores y desempleados en la coyuntura actual de crisis.
Fuente: www.heraldo.es