España es el país de la OCDE con más repetidores de curso en la ESO
España es el país de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) con mayor proporción de alumnos repetidores en la ESO. El 8,7% de los alumnos matriculados ha repetido curso, frente al 1,9% de la media de la treintena de países y territorios que integran este organismo internacional. En Bachillerato la tasa es también muy elevada (un 7,9% frente al 2,9%) y sólo superada por la República Checa.
Los datos proceden del informe anual sobre educación que la OCDE ha publicado este jueves de forma simultánea en medio mundo. El trabajo, de medio millar de páginas, recuerda que el 60% de los que repiten son varones. Pese a ello, ni el Gobierno ni las CCAA contemplan medidas específicas pensadas específicamente para los chicos -la perspectiva de género se centra en las chicas- con el fin de reducir la mezcla de falta de conocimientos, pocas expectativas y pérdida de motivación que enciende la mecha de la repetición y que es también el origen del abandono temprano y deriva, más adelante, en las altas cifras de paro juvenil. El informe advierte también de que hay un 22% de jóvenes entre 18 y 24 años que ni estudian ni trabajan, los llamados ninis. Sólo Italia nos supera como país europeo y estamos al mismo nivel que México, Costa Rica, Colombia o Sudáfrica.
El Gobierno acaba de poner en marcha una reforma educativa donde se insta a reducir la repetición y convertirla en algo excepcional, que sólo puede hacerse si se deciden entre todos los profesores de un alumno. El problema es que este planteamiento ve la repetición como un problema y no como un síntoma de que algo previo no está yendo bien. Lo que parece que funciona, y ahí está el ejemplo de Castilla y León, es dar un trato individualizado a los alumnos rezagados desde el primer día y no esperar hasta el último momento para tomar medidas, pasarles de curso y darles el título sin límite de suspensos (el problema se acumula para el año siguiente) o eliminar sin más los exámenes de recuperación.
Según Jorge Sainz, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y ex secretario general de Universidades con el PP, «la estrategia del Gobierno ha sido abaratar el paso de curso quitando los exámenes extraordinarios y permitiendo promocionar con suspensos». «Es una falacia de composición: como pasan de nivel parece que saben más, pero el problema se enquista a largo plazo, lo que a la larga creará más desigualdad», advierte.
En lo que sí parece que ha acertado el Ministerio de Educación es en sacar del olvido el programa PROA, que son clases particulares por las tardes en grupos reducidos, en línea con un plan mucho más ambicioso que hay en Reino Unido. Pero sus promotores ven que los 320 millones de euros destinados son insuficientes y que harían falta al menos 500 millones para hacer las cosas bien, además de completarlo con otras medidas destinadas a mejorar la cualificación y especialización de los profesores.
La OCDE también apunta en su trabajo que España no usa suficiente una vía de salida que sí utilizan otros países: la FP. «En la mayoría de países, los chicos son más propensos que las chicas a cursar una FP equivalente al nivel de la Secundaria superior. No es el caso de España, donde el 50% de los graduados en FP de Grado Medio durante 2019 eran varones, comparado con el 55% de media de la OCDE. Las chicas tienden más a graduarse en Bachillerato y es también el caso de España, donde representan el 55% de los titulados, el mismo porcentaje que en el resto de países», explica el trabajo.
Se produce, por tanto, un freno al final de la enseñanza obligatoria que lleva a que muchos más chicos que chicas cuelguen los estudios. La FP podría ser una salida para seguir estudiando, pero algo ocurre ahí que no la cursan. Mientras tanto, las chicas prosperan en el instituto y van a la universidad en mayor proporción (el 54% de las mujeres entre 25 y 34 años tiene estudios superiores comparadas con el 41% de los hombres de la misma edad). La mayor cualificación femenina, sin embargo, no les garantiza el éxito profesional: tienen menos posibilidades de lograr un empleo y están peor pagadas que sus pares, recalca la OCDE.
«Es verdad que en España la tasa de repetición es muy elevada, la más alta de la OCDE en la ESO. Y que la tasa de repetición afecta en mayor medida a los alumnos de entornos desfavorecidos. Coincido plenamente con el Ministerio de Educación en el objetivo de reducir la tasa de repetición. En lo que no coincido es en cómo hacerlo», apunta Ismael Sanz, vicerrector de Calidad de la Universidad Rey Juan Carlos y ex director del Instituto Nacional de Evaluación Educativa.
En opinión de este profesor de Economía, «reducir la tasa de repetición bajando el nivel de exigencia y facilitando la promoción es el atajo fácil: es una forma artificial de disminuir el fracaso escolar, porque el problema, la falta de aprendizaje de algunos alumnos sigue ahí». Apunta que «la forma de enfrentarse a la repetición es a través de planes de apoyo a centros prioritarios, de evaluaciones para comprobar las mejores y de tutorías en pequeños grupos, como muestra un estudio reciente de las investigadoras Michela Carlana, de laUniversidad de Harvard, y Eliana La Ferrara, de la Universidad Bocconi».
«Además», prosigue, «aunque la tasa de repetición de España es muy elevada, el porcentaje de alumnos que con 15 años había repetido en al menos una ocasión era en 2006/07 del 42,6%. Y desde entonces ha bajado todos los años -14 seguidos- hasta llegar al 28,9% del 2019/20. La tasa de alumnado repetidor en la ESO baja desde el 13,3% de 2009/10 al 8,5% de 2019/20. Si la repetición está bajando en España sin hacer nada artificial, ¿para qué intervenir reduciendo el nivel de exigencia y facilitando la promoción?».
DISPARIDADES ENTRE AUTONOMÍAS
El organismo internacional nos señala por las «disparidades» educativas entre regiones, especialmente en la universidad. «La proporción de adultos de entre 25 y 64 años con estudios superiores varía desde el 26% en Ceuta al 53% en el País Vasco, una de las más elevadas variaciones regionales en todos los países de la OCDE a partir de los datos disponibles», señala.
Observa también importantes diferencias entre las autonomías -de más de 24 puntos porcentuales– en la empleabilidad de los adultos que no tienen ni el Bachillerato. Esta variabilidad es menor -15 puntos- entre los que han ido a la universidad. En cuanto a los jóvenes que no estudian ni trabajan, hay hasta 19 puntos porcentuales de distancia entre la región con más ninis y la que menos, aunque el informe no desvela cuáles son.
PANDEMIA
Aquí España ha hecho los deberes, pues somos uno de los países que menos tiempo ha cerrado los centros educativos por el Covid-19, junto con Nueva Zelanda, Luxemburgo, Noruega y Holanda. La combinación de prevención de medidas e higiene dio resultado el curso pasado. La OCDE nos elogia por haber repartido dispositivos electrónicos y aumentar el presupuesto educativo gracias a los fondos europeos. Sin embargo, avisa de que la tasa de desempleo juvenil ha aumentado dos puntos porcentuales respecto a 2019 (somos el peor país de la UE y el tercero peor de la OCDE). Es una vuelta al círculo vicioso: repetidores, abandono, ninis, paro…
SUELDO DE LOS PROFESORES
La OCDE dice que el sueldo, que es el gasto más importante en educación, «tiene impacto en hacer más atractiva la profesión». En la mayoría de países, el salario de docentes y directores se incrementa conforme al nivel que alcanzan y conforme a su experiencia acumulada. Los veteranos tienen salarios entre un 86% y un 91% superiores que quienes acaban de empezar. Pero en España no ocurre así: las remuneraciones más altas sólo son entre un 42% y un 40% superiores a las más bajas.
La nómina de inicio para un profesor de instituto en España no está nada mal (sólo nos superan Luxemburgo, Alemania, Suiza y Dinamarca), pero luego se atasca y eso tal vez no está animando al profesorado a dar lo mejor de sí mismo. La OCDE añade que, mientras que en la mayoría de los países los sueldos han subido, en España han bajado un 3% para los docentes de Secundaria. Po otro lado, nos llama la atención porque las plantillas están envejecidas: el 38% de los profesores españoles de Secundaria tiene más de 50 años y tendrá que jubilarse en la próxima década. ¿Se abren salidas laborales en este campo? No parece, porque cada vez nacen menos niños y la población escolar está en claro retroceso.