El 40% de los oficios a los que aspiran los escolares españoles corre peligro de desaparecer en 15 años
El 40% de los trabajos a los que aspiran los escolares españoles pueden haber desaparecido en 15 años, es decir, cuando estos se integren en un mercado laboral que hoy resulta impredecible y cambiante. La inquietante cifra se incluye en el informe Las aspiraciones laborales de los adolescentes y el futuro del trabajo que este miércoles ha hecho público la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en la cumbre de Davos. El documento cruza los deseos de los examinados en las pruebas de calidad educativa PISA 2018 con el porcentaje de riesgo que tiene un empleo de ser automatizado. El listado en peligro de extinción es amplio: banca, seguros, mecánica, viajes, cuidados, Bolsa, comercio…
«No todos estos empleos desaparecerán, sino que cambiará la forma de desempeñarlos con la digitalización, por ejemplo en la relación con el cliente», subraya Gonzalo Antúñez, director de Formación Profesional de Tajamar. Pero no solo los escolares españoles aspiran a trabajos obsoletos, pues se sitúan en la media de la OCDE (39%). El riesgo es mayor (41%) en las profesiones que eligen los hombres o en las predilectas de los alumnos de entornos desaventajados (41%) frente a los ricos (37%).
El porcentaje de riesgo de desaparición de los oficios baja hasta el 35% en Australia, Irlanda y Reino Unido y el informe lo achaca a que son trabajos que se desarrollan en inglés, el idioma franco internacional. En el polo opuesto, con un 45% de preferencia por empleos desfasados, se posicionan Alemania, Japón, Grecia o Eslovaquia. Un reciente estudio basado en una técnica de análisis del profesor Michael Webb, de la Universidad de Stanford, sostiene que los trabajadores mejor educados y con sueldos relativamente altos van a ser los más expuestos a las nuevas tecnologías en contra de lo afirmado hasta ahora.
En el año 2000 y dos décadas más tarde 10 profesiones concentran la mitad de las vocaciones de los adolescentes en el mundo, según el estudio. Ambos sexos siguen queriendo ser doctores, profesores, gerentes de negocios o abogados. Pero ellas ya no quieren ser periodistas, peluqueras o secretarias, sino policías, arquitectas o diseñadoras. Mientras ellos siguen fieles a las ingenierías, al deporte profesional o la mecánica de coches.
«Cuando los chicos vienen a la feria les decimos que elijan la carrera que les gusta, no pensando en las salidas laborales, porque antes de 2025 no habrán terminado sus estudios y no sabemos qué pasará entonces», sostiene Rocío Argudo, directora de Unitour, que reúne a un millar de alumnos en cada una de las 24 ferias que organiza por toda España para ayudar a los bachilleres a elegir grado universitario. «Hace 14 años, cuando se celebró la primera feria, todo el mundo quería hacer Arquitectura y cuando terminaron había estallado la burbuja del ladrillo y no había trabajo. Nunca se sabe«, prosigue. El pasado año su empresa encuestó a 17.000 asistentes y los resultados fueron implacables: los jóvenes españoles están muy desorientados. Apenas el 22% sabía de qué y dónde quería matricularse y el 60% dudaba entre dos o tres carreras. «Cuando eligen entre varios grados suelen decantarse por el que tiene más salidas laborales», continúa Argudo.
Según una proyección sobre el futuro del empleo elaborada por la agencia Cedefop, de la Unión Europea, en 2030 los nuevos puestos de trabajo que se crearán en España requerirán un 65% de profesionales con cualificaciones medias —Formación Profesional— y un 35% con altas —FP de grado superior y graduados universitarios—. Y el problema es que el país tiene una de las peores tasas de escolarización en FP de grado medio: el 12% frente al 26% de media de la UE. «Hay un desbarajuste grande entre la demanda del mercado y los estudiantes de FP que poco a poco se va corrigiendo por el impulso de los centros, las empresas y las administraciones, que se han dado cuenta de que la FP no puede ser el patito feo», se felicita Antúñez, de Tajamar.
Este centro educativo concertado organiza una feria que pone en contacto a 900 alumnos de grados de FP superior tecnológicos y 33 empresas. «Los jóvenes ya son conscientes de que lo que les gusta tiene salidas profesionales. Hay mucha rotación porque las tecnológicas necesitan muchos trabajadores y las empresas que se están digitalizando también tienen que contratar», prosigue el director de FP. La barrera, reconoce, son muchas veces los padres, que desconfían de la FP y prefieren que sus hijos se decanten por la Universidad.
La tarea del orientador es fundamental para elegir bien la carrera, y en España faltan profesionales. Estos, con unas plantillas diezmadas, atienden hasta casi cuatro veces más alumnos que los aconsejados por la Unesco, que son 250. Sin embargo, el informe de la OCDE pone de manifiesto que mientras en los países nórdicos, España o Portugal al menos un docente guía a los bachilleres, en Japón, Italia o Austria la situación es aún peor, ya que esta figura es casi anecdótica.
El Colegio Británico de Madrid está en las antípodas. Un equipo de 10 profesores de todas las ramas ha sido formado on line y con visitas al Reino Unido para asesorar a cada alumno de la forma más detallada. Además, este martes se celebró en su escuela una feria a la que invitan a campus europeos (también españoles) y estadounidenses para informar a sus estudiantes de las distintas opciones, y que no vean fronteras.
Fuente: www.elpais.com